3 Preguntas a Jonas Fluchtmann, economista de la División de Política Social de la Dirección de Empleo, Trabajo y Asuntos Sociales (ELS) de la OCDE, coautor del informe
¿Cuál es el tema principal que trata el informe?
En nuestro informe examinamos la evolución de las políticas en el sector de los servicios domésticos no asistenciales, que presta una amplia gama de servicios, como la limpieza, la cocina y la jardinería. Este sector ha cobrado gran importancia a la hora de ayudar a las familias a compaginar su carrera con la carga de trabajo doméstico y, por tanto, a aumentar el equilibrio entre la vida laboral y la personal.
Sin embargo, estos servicios se prestan a menudo «en la sombra» de manera informal, por lo que los hogares compran servicios a trabajadores no registrados para evadir impuestos y contribuciones. Esto hace que el trabajo sea sustancialmente más barato, mientras que los trabajadores también se llevan más de su sueldo a casa, aunque a costa de unas condiciones laborales y una protección social mucho peores. Los hogares también se enfrentan a una menor calidad del servicio, ya que no hay servicio en caso de enfermedad ni formación de los trabajadores, además del riesgo muy real de enfrentarse a multas.
Por lo tanto, nuestro objetivo es identificar qué políticas de «formalización» funcionan mejor para reducir el trabajo sumergido, mejorar las condiciones laborales y la calidad de los servicios, y aumentar el bienestar general de las familias.
El informe presenta las políticas de servicios domésticos no asistenciales en Bélgica, Finlandia, Francia, Alemania y Suecia. Desde esa perspectiva, ¿qué medidas ha identificado como las más utilizadas?
En estos países, los créditos fiscales son el enfoque más común, utilizado en Finlandia, Francia, Alemania y Suecia. Reducen los precios ofreciendo diferentes grados de tratamiento fiscal favorable al consumidor de dichos servicios, que puede ser muy sustancial y reducir el precio del servicio hasta en un 50%.
Otro enfoque es el uso de vales sociales que se pueden intercambiar por trabajos de servicio. Pueden ser comprados a precio reducido por los hogares, como en Bélgica, o son emitidos por los empresarios para aumentar la conciliación de la vida laboral y familiar de los empleados, como en Francia.
¿Destaca el informe algunos puntos clave para el éxito de tales medidas?
El aspecto más importante para el éxito de estas medidas es que sean fáciles de usar y asequibles. Por ejemplo, los bonos sociales son, por su diseño, muy sencillos de utilizar. En Bélgica, subvencionan hasta el 70% del precio del servicio regular. En el caso de los créditos fiscales, es importante no limitarse a la presentación anual de los impuestos, sino aplicarlos justo en el momento de la compra de los servicios, para que los hogares no tengan que pagar. Esto se hace en Suecia y desde este año también en Francia.
Un segundo factor importante es incentivar las modalidades de trabajo que ofrecen las mejores condiciones laborales. Por ejemplo, el crédito fiscal francés está disponible para los hogares que emplean directamente a los trabajadores de servicios, pero este acuerdo a menudo conlleva condiciones inadecuadas de salud y seguridad y ningún acceso a la negociación colectiva. Suecia y Bélgica, en cambio, condicionan sus planteamientos a la compra de servicios a organizaciones proveedoras de servicios. Esto ha permitido mejorar las condiciones de trabajo de los trabajadores de los servicios.
En general, estas medidas pueden resultar bastante caras para el Estado, pero pueden ser eficaces para reducir la informalidad y mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar, al tiempo que aumentan los ingresos fiscales y reducen el gasto en prestaciones por desempleo.
Lea el informe aquí
Para saber más, únase a la sesión C del taller de la ESSC13. Promoción de los servicios personales y domésticos en Alemania y Francia el 9 de junio. Puede encontrar más información aquí.